Una historia para Durazna
Era el gigante que perdía la cabeza.
Cuanto trabajo le costaba mantenerla allí, en lo alto de su altura; evitar que rodara hacia la tierra irresistible, sucia y tibia.
Nada podía hacer este gigante de madera. Su pena era cotidiana; cada vez más a menudo debia desarmar el cuerpo en busca de la cabeza que a veces rodaba lejos y tardaba días en encontrarla, otros tantos en poner en su sitio y otros mas en superar las dificultades para armarse el cuerpo, ponerlo de pie y así alcanzar las alturas, su paisaje favorito: Las nubes acariciándole las mejillas ¡Que deliciosa sensación! Pero tan pasajera... Enseguida la cabeza empieza a rodar por el tronco, las piernas hasta llegar a su tierra tan deseada.
Es para el narrador de esta historia una curiosidad saber por que esta ha sido titulada: "El gigante que perdía la cabeza pero encontraba las manos"
¿Cómo las vió? ¿En donde estaban?
¿Cómo las encontró? ¿Volvió a tener la cabeza siempre en su sitio a partír de ese momento?
1 comentario:
gracias. es de los mejores regalos de cumpleaños que he recibido en estos 26 años, está en el ranking d elos mejores diez regalos cumpleañeros ritanezcos.... oh si! gracias gracias gracias
eres brillante, en muchos sentidos (original, creativa, intelignete, sensible.... y etc)
abrazo feliz
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