en otras.
La fe en las mujeres que curan
en las que se dejen curar.
Llevar el silencio
como una marca solitaria
y saber.
Pero
las palabras brotan
se abren
e igual,
dejan pasar cierta luz
que nos fue dada.
Nadie sabe reconocer
sus propias oscuridades,
la culpa crece
y ningún acto
de uno mismo
es ejemplar.
Se necesitan otras luces
para iluminarse,
aguardar el alimento sagrado:
ninguna mujer
puede mamar de su propio pecho.
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