Vuelero

(…)En recuerdo de doña Aurita

(…A un velero le regalaron una u. Porque si, porque a alguien le sobraba. Así que con la u se volvió vuelero y se estrelló en nuestra ventana)

- ¡Que es eso!-

(…Gritó mi Abue)

– No veo, tráigame los anteojos.-

-Pero abuela, ¿Dónde los dejó?-

(…Y mientras tanto el vuelero revoloteando en la ventana)

-Arriba del televisor, ¿No están?-

- No abuela, pero hasta allá tan alto… ¡Yo no alcanzo!-

(…Y mientras tanto la tripulación del vuelero reparaba las velas, el capitán medía el viento)

- Traiga el banquito de la cocina mijita, rápido, me parece que esa cosa está pegada al vidrio. ¡Pero yo no veo nada!

- Abue, el banquito no está en la cocina, acuérdese que se lo prestó a Doña Bertica para que pusiera sus cortinas…

- ¡Hay mijita! ¡Entonces que hacemos! Asómese usted, con cuidadito, no vaya a ser peligroso, ¡Virgen santísima!

(…Y mientras tanto el vuelero arrimándose al viento de la partida)

- Hay mijita, y su mamá que no llega, ¡A que hora vamos a comer!

(…Ahí es cuando me arrimo por fin a la ventana, en puntitas de pie, pego el salto y Zuaz)

- ¡Abuelita! ¡Abuelita! Era un vuelero, se fue volando, se perdió en el cielo.

-No mijita. No se dice vuelero. Se dice barquito de papel.

(…)