lunes, 3 de mayo de 2010

Cómo puedo mirar a Alejandra Pizarnik


Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

Cuando uno se sube al colectivo y se amontona en la entrada, al lado de la máquina que come monedas, es por que teme molestar a las personas en su transito hacia el fondo. Sin embargo, para bajar igualmente tendrá que aguantar sus caras molestas.
La única solución es atravesar de una vez, al principio del viaje con la esperanza de que en el fondo haya lugar.
Casi siempre lo hay y es mi tranquilidad que eso sea cierto.

2 comentarios:

Unknown dijo...

todos de pie, nombraron a pizarnik.
(siempre digo!)

:)

Enriqueta dijo...

De pie, y en silencio por favor.
Todas las palabras ya fueron dichas. Sólo escuchamos su eco.